"San Ildefonso, la humildad que derrotó a la soberbia"
➤ Artículo de opinión de Claudia Alonso, candidata a la Alcaldía de Toledo por el Partido Popular, con motivo de la festividad de San Ildefonso
Toledo
tiene un santo patrón, San Ildefonso, con el que guarda una afinidad
de valores. La tradición nos dice que es un protector o alguien a
quien interceder. Lo que es seguro es que las generaciones que han
habitado nuestra histórica ciudad saben que su patrón, que aquí
nació en el año 607, aquí vivió, aquí fue monje y obispo y aquí
murió, aunque no está enterrado aquí, es un modelo de humildad, de
trabajo, de pasión por sus devociones, en especial a la Virgen, y de
entrega a los demás. Y si sus valores son destacables, hay una
acción suya que entronca de una manera muy directa con nuestro
presente: el velar por las mejores condiciones de las mujeres, pues,
estando ya en el Monasterio Agaliense, fundó un convento para
religiosas, al que dotó con los bienes de su propia herencia, pues
él venía de una acomodada familia visigoda. La mujer entonces y la
mujer hoy están en el centro de nuestro interés y en la búsqueda
de la igualdad.
Toledo
está de fiesta. Y parte de la fiesta alcanza para que algunas
personas e instituciones de esta ciudad sean reconocidas por sus
hechos y sus valores. San Ildefonso realizó muchas cosas en su vida
porque tenía fe, pero también porque creía en sí mismo. Por estas
razones está muy bien que Toledo lo tenga como patrón y que podamos
afirmar que pueden hacer muchas cosas quienes
creen que pueden. Estoy segura de que las instituciones y personas, a
las que hoy todos felicitamos, siempre han creído que podían, han
creído en su labor diaria y han desarrollado bien su quehacer. Por
eso hoy estas instituciones y personas están siendo honradas por
toda la ciudadanía de Toledo.
Con
la humildad que derrota a la soberbia y con tenacidad se consiguen
los objetivos que parecen difíciles de conseguir, miro al
pasado de nuestro Patrón, veo las dedicaciones y el presente de las
personas e instituciones que reconocemos y tengo muy claro el rumbo
que debemos seguir para lograr un porvenir mejor, y ese rumbo no es
otro que el de estos modelos que nos sirven, tanto el Patrón, como
las instituciones y personas.
Su
lección es una lección para todos nosotros. Sabemos que nadie les
ha regalado nunca nada. Con ellos aprendemos que el futuro hay que
ganárselo y que nadie vendrá a darnos aquello que nosotros no
sepamos conseguir.
Por
sus enseñanzas, por su modelo y por su trayectoria bien merecidos
tienen estos reconocimientos:
La
Escuela Central de Educación Física del Ejército, Medalla de Oro
de la ciudad por sus cien años en la historia de Toledo.
María
Antonia Ricas y Carmen Fernández, Hijas Predilectas por su
trayectoria educativa, cultural y social.
Isabel
Fernández y Eduardo Sánchez Butragueño, Ciudadanos de Honor, por
la proyección de la ciudad que llevan a cabo tanto desde el
paralelismo, como desde el blog Toledo Olvidado.
Mario
Paoletti y María José Coarasa, Hijos adoptivos por hacer de Toledo
su patria con amor y buenos servicios.
A
la Guardia Civil, que cumple 175 años sirviendo a España y al
Colegio Santiago el Mayor por sus 65 años de atención a la
infancia.
Toledo
es historia y es cultura. Y más que el oropel de la fama nos
interesa la lección de vida, de valores y de hechos de estas
instituciones y personas, y de nuestro Patrón, a quienes miramos con
admiración y con el optimismo realista para encarar un futuro que
nos compromete a seguir, a que Toledo siga, por un camino de fe, de
esperanza, de solidaridad y de entrega. Siendo como ellos, imitando
el gesto de sus vidas, entre todos conseguiremos que Toledo, que fue
la capital de un imperio y siempre lo fue de la cultura, alcance y
permanezca el lugar que, en justicia, en la historia de España le
corresponde.
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