Centenario desde el olvido
Cándido
Cabello (en el centro), director de La
Justicia, comprobando una
tirada de ejemplares en los talleres tipográficos de Rafael
Gómez-Menor.
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La Asociación de la Prensa Toledana cumplía el miércoles, 1 de enero de 2014, su centenario. Una efeméride que desgrana en este artículo el periodista Enrique Sánchez Lubián
Este miércoles, 1 de enero de 2014,
se celebraba un centenario que nadie ha festejado. La Asociación de la
Prensa Toledana cumple cien años. Una efeméride olvidada por una
profesión que no atraviesa sus mejores momentos en nuestra
provincia. Constantino Garcés, director del semanario La Campana
Gorda, fue el primer presidente de nuestro colectivo. Es cierto
que la actividad de la entidad no ha tenido continuidad a lo largo de
este siglo y es dudoso considerar a la actual Asociación de
Periodistas de Toledo como continuadora legal de aquella fundada hace
cien años, pero quienes hoy trabajamos en los medios de comunicación
sí debemos sentirnos herederos de aquella treintena de entusiastas
compañeros que el primer día de 1914 se reunieron en la redacción
de El Eco Toledano y aprobaron constituirse en asociación
profesional. Por entonces, en la capital, se editaban más de una
decena de periódicos.
A
las tres de la tarde del uno de enero de 1914, un amplio grupo de
periodistas de nuestra ciudad reunidos en las oficinas de El
Eco Toledano acordaron
constituir la Asociación de la Prensa Toledana. Sus objetivos eran
la defensa de los intereses comunes de la profesión y, también,
“estrechar los lazos de amistad y compañerismo”. Junto a estos
fines corporativos, la nueva entidad aspiraba a trabajar por el bien
común de la ciudad de Toledo. La Junta Directiva quedó constituida
por Constantino Garcés, presidente; Virgilio Álvarez,
vicepresidente; Julio González, interventor; Román Ariz, tesorero;
Tomás Gómez de Nicolás y Clemente Álvarez Arenas, secretarios; y
Antonio Piga, Saturnino Rodríguez Urosa y Cándido Cabello, vocales.
Como primera sede social de la entidad se fijó la redacción de El
Eco Toledano, en el número
siete de la Plaza del Solarejo, siendo sus cuotas mensuales de cuatro
pesetas.
Según
el Reglamento aprobado, tendrían la consideración de socios
fundadores todos los asistentes a la reunión citada, “más los
directores, redactores y colaboradores asiduos de los periódicos de
Toledo y su provincia y los que con anterioridad hubiesen ejercido el
periodismo de un modo notorio, siempre que presentasen su adhesión
en el plazo de un mes”. Los fotógrafos también tenían acceso a
la asociación.
Victoriano
Medina Ruiz, presidente de la Asociación
de la Prensa Toledana en
los años veinte,
cargo que compatibilizó
con la presidencia del
Colegio de Veterinarios
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La
constitución de la Asociación de la Prensa fue un hito más en
aquel primer tercio del siglo XX, período que debe ser considerado
como la verdadera “edad de oro” del periodismo toledano. Mientras
que en la mayoría de las provincias de lo que hoy conforman
Castilla-La Mancha el origen del periodismo está ligado a la
publicación de diferentes gacetas durante la primera mitad del siglo
XIX, en Toledo no hubo en aquel tiempo más publicación que el
Boletín Oficial de la
Provincia. A partir de
1850, según ha puesto de manifiesto en sus numerosos estudios Isidro
Sánchez Sánchez, máximo especialista en la historia y evolución
de la prensa toledana, en la provincia proliferaron diferentes
publicaciones periódicas como El
Avisador, El
Eco del Tajo, El
Anunciador Toledano, El
Correo de Toledo, La
Ribera del Tajo, El
Porvenir de Toledo, El
Faro Toledano, La
Moral,
El Tajo, La
Conciliación o La
Constancia.
Estas
publicaciones, en su mayoría de trayectoria efímera, marcaron el
rumbo del movimiento periodístico en Toledo, que alcanzó su auge
entre 1890 y los años previos a la guerra civil. En la ciudad se
editaron decenas de diarios y semanarios con una gran calidad y una
pluralidad ideológica tremenda. La
Idea, de carácter
republicano; El Castellano,
editado por el Arzobispado; El
Porvenir, órgano de los
reductos carlistas; Heraldo
Obrero o El
Proletario, alineados con
la Casa del Pueblo. También hubo publicaciones de carácter
profesional como La
Veterinaria Toledana, El Practicante Toledano o
La Bandera Profesional
dedicada a la enseñanza. Y junto a estas cabeceras destacaban otras
con gran calidad técnica y apostando por la información gráfica
entre las que destacaron Toledo
y Castilla
de Santiago Camarasa, El
Castellano Gráfico o la
imprescindible La Campana
Gorda. Incluso, durante
1914 Juan Moraleda y Esteban fue responsable de una revista semanal
dedicada a informar sobre las actividades del III Centenario de la
muerte del Greco. A principios del siglo XX, en abril de 1904, ya
hubo un primer intento de crear una asociación de periodistas que no
fraguó, pese a los esfuerzos del propio Garcés y Federico Lafuente,
director del Heraldo
Toledano.
Durante los años siguientes a su
constitución, la Asociación de la Prensa mantuvo una destacada
presencia en la vida social toledana, promoviendo representaciones
teatrales, bailes, actos culturales y colaborando en numerosas
iniciativas benéficas. A Garcés le secundaron en la presidencia
compañeros como Saturnino Rodríguez Urosa, Victoriano Medina o
Manuel Conde.
Modelo
de carné de la Asociación de la Prensa Toledana
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Concluida
la guerra civil [durante algunos meses del conflicto, la asociación
incluso editó su propia Hoja
Oficial del Lunes], el
periodismo toledano se circunscribió a las redacciones de El
Alcázar y Radio Toledo,
así como corresponsalías de algunos diarios y agencias nacionales,
destacando profesionales como Luis Moreno Nieto, Antonio de Ancos,
Pepe Ponos, Eliseo Laguna, Juan Peñalosa y Maite Silva o Ángel
Friginal. Hubo de esperarse hasta los años ochenta, con la
recuperación democrática, para que comenzaran a proliferar nuevos
medios: YA-Toledo, La Voz
del Tajo, Radiocadena Española, Antena 3, La Región,
El Día de Toledo (cabecera
que se remonta hasta 1894), la delegación regional de la Agencia EFE
o la revista Bisagra. Con
este impulso, los profesionales toledanos relanzamos de nuevo nuestra
Asociación bajo la presidencia de Álvaro Ruiz. Ahora, tras el
dilatado mandato de Ismael Barrios, la entidad está dirigida por
Rosa Nogués y tenemos ante nosotros el reto de iniciar una nueva
etapa con el futuro desarrollo, si llega, del Colegio Profesional.
Enrique Sánchez Lubián
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