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Novela negra con todos sus ingredientes: "La sombra del Greco", un nuevo y apasionante caso del inspector Aldana

Jesús Múñoz, Santiago Sastre, Joaquín García-Garijo, Jesús Nicolás y Juan Sánchez, de izquierda a derecha, minutos antes de la presentacón de "La última sombra del Greco", en la Biblioteca de C-LM. Foto/J.P.

. Santiago Sastre y Joaquín García Garijo desgranan su segunda novela en un acto en la Biblioteca regional del Alcázar, aunque no desvelan detalle alguno de su trama. "Mejor léanlo y después juzguen", dicen


Una novela dura, con un lenguaje a pie de calle, con la presencial del mal, un inspector de policía, en la que sexo juega también un papel importante y en la que también queda reflejada la crítica social así como la pasión de sus autores por Toledo y El Greco, son los ingredientes de "La Sombra del Greco", la segunda novela de Santiago Sastre y Joaquín García Garijo que se presentaba este viernes, 11 de octubre, en la Biblioteca regional del Alcázar y a la que acudía TOLEDONEWS.

    Una cita que contó con la presencia del concejal de Cultura, Jesús Nicolás; el director de la Biblioteca, Juan Sánchez y el editor, Jesús Múñoz (Ledoria), además de muchos amigos y familiares de los dos escritores que llenaron el salón de actos del emblemático edificio.

    Un libro que, por tanto, cuenta con todos los ingredientes de la novela negra como así los fue detallando Sastre durante su intervención. La  novedad, dijo el también numerario de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas, de este libro es que no enlaza con el final del primer caso que tuvo que resolver el inspector Aldana a su llegada a Toledo, "Mazapán Amargo", sino de la página 117. "La historia que conduce a ese crimen se retrotrae a la Guerra de la Independencia, concretamente cuando los franceses inundan y casi destrozan Toledo. La máquina del tiempo nos lleva al Toledo 1808. Es una novela negra, yo diría que bastante negra", apuntaba.

    Ni Sastre ni García Garijo ofrecieron detalle alguno de esta nueva aventura, trepidante y apasionante de Martín Aldana, animando por ello a los lectores a comprar el libro. Y en este sentido, el segundo decía: "No es una novela histórica, aunque la historia juega su papel, aunque no daré más detalles, mejor que la lean y juzguen por sí mismos".  Garijo explicaba, por su parte, que como en la anterior novela "Toledo es protagonista absoluta. "El casco histórico y el resto de los barrios, la ciudad son un ser vivo, que late en cualquier rincón de sus calles, ya sea en el Polígono industrial, en Buenavista o en la Plaza Mayor. En Mazapán Amargo´´ el amor y el pasado hacían rodar los engranajes internos de la obra, en esta la codicia es el motor que mueve a los personajes", añadía.

    En cuanto al Greco y su obra, muy presentes también en la novela, cuando comenzó a gestarse "La últma sobra del Greco", la celebración del IV Centenario del fallecimiento del pintor cretense no tenían la importancia y la resonancia que tiene en la actualidad y mucho menos sus autores pensaban que podrían coincidir en el tiempo, 2014. Por lo tanto, señalaba Garijo, "nos declaramos si acaso oportunos, pero sin ninguna vocación de oportunismo". Y a reglón seguido manifestaba: "Queremos resaltar la admiración que sentimos por la obra de El Greco, por sus cuadros, su biografía, oscura a veces y siempre envuelta en polémica, eso fue lo que nos atrajo especialmente para elegirlo como eje del libro".

    Sobre el hecho de escribir al alimón, Sastre comentó: "A medida que pasa el tiempo yo creo que van siendo mayores nuestra diferencias entre Joaquín y yo, en la manera de pensar y de escribir y esto ha demorado la escritura de la novela, que ha tenido muchos saltos y bajos. Pero la novela es fruto de mucho consenso entre los dos y de puntuales cesiones de una u otra parte como sucede en las parejas. Los dos firmamos al cien por cien la novela y ha habido tal fusión en la escritura que ni siquiera nosotros somos capaces de reconocer un párrafo en el que haya una sola pluma".

Sastre, Sánchez, Nicolás y García Garijo, de izquierda a derecha en
la presentación. Foto/J.P.

En la frontera de la realidad y la ficción

En su intervención, Sastre, uno de los fundadores también del Club de Novela Negra de la Libería Taiga, destacaba que "habrá lectores que quieran analizar la novela desde el prisma de la verosimilitud; es decir, si es cierto, si es coherente, si es factible lo que contamos" y en este sentido, explicó que "es verdad que en materia de turismo, de guías, de medicina y de práctica policial nos hemos asesorado de queridos amigos, pero quiero insistir en que la realidad y la ficción se confunden y en que se extiende una capa de niebla, como esa que llegará pronto al cielo toledano en diciembre, y que hace que la frontera entre los creíble y lo increíble se difumine". 

    A su juicio, "toda novela te invita a un vuelo y no es bueno que el lector esté pensando a toda costa en pisar el suelo. Es como si nos pedimos un helado, en un cono, con dos bolas, de dos sabores, al final se derriten y se terminan mezclando los sabores. Algo así pasa en esta novela, no hay nada químicamente puro y los hilos con los que se teje la realidad están formados por casualidades, por sueños, por realidades, por imaginaciones...". Así es "La última sombra del Greco"-

    En el acto hubo palabras de agradecimiento también al editor, Jesús Muñoz, por su valentía a la hora de afrontar proyectos como esta novela "con la que está cayendo". Con la firma de ejemplares concluía esta presentación que reunió también a poetas y escritores toledanos como María Luisa Mora, Julián Ibánez (uno de los maestros de la novela negra española), Antonio Illán, Rafael Casero, Carlos Rodrigo y Juan José Fernández Delgado, entre otros.

El salón de actos de la Biblioteca del Alcázar se quedó pequeño. Foto/J.P.

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