Hoy las golondrinas me han visitado

Hoy se nos ha llenado la casa de golondrinas y nos ha dado por pensar que después de tantos males y penurias, propios y ajenos porque todos se sufren, su presencia algún significado debía tener. Ha sido así, de repente. 

    Traspuesta en el sofá a la hora de la siesta, y esperando que la lavadora terminara su ciclo con las cortinas del comedor dentro, he abierto los ojos y las he visto ahí, revoloteando sobre mi cabeza. Daban vueltas y vueltas buscando una salida, pero parecía que no querían irse. Las ventanas abiertas de par en par y, sin embargo, continuaban su vuelo nervioso e incluso se posaban en el quicio de las puertas para reposar el vuelo. He querido gritar ¡¡fuera, fuera!!, pero no sé porque razón he permanecido en silencio, inmóvil, observando como poco a poco iban saliendo sin más. 

    He podido contar hasta ocho, mi número de la suerte. ¿Buenos augurios?, he querido pensar que sí, que no todo van a ser zancadillas y obstáculos en esta vida, que algo bueno está por llegar y no va a tardar mucho. Quiero pensar que así será.

    Y de no ser así al menos con las golondrinas se han renovado mis esperanzas, algunas de mis ilusiones dormidas. Han despertado mi sueño y mis sueños, aletargados, oprimidos por un sistema que a muchos nos quiere condenar al ostracismo. 

    Hoy las golondrinas me han visitado.