Fardando de coche oficial
Se dice se comenta... que un comunicador castellano-manchego, para más ende toledano, se pasea con el coche oficial por su negocio familiar, y alguna que otra vez hasta por su barrio, "fardando" de coche y chófer. Dicen que alardea y presume de su nueva situación y del sueldo que percibe. Remuneración que, por otra parte, parece ser también abulta por aquello de sentirse importante. Y parece que importante debe sentirse según lo que oye de algunos de sus conocidos. "¡Mira, le han puesto coche oficial y chófer!", exclaman cuando le ven aparecer y, añaden, "es que ya es importante".
Y así, unas veces se acerca al negocio familiar a dar alguna que otra instrucción y otras a su barrio a dejar algún que otro encargo, no sabemos ya si la compra u algún otro recado de menor importancia, en su residencia habitual. Se pasea alegremente, engordando su ego y no precisamente a base de bollos.
Los de la "herencia recibida" dirán que antes estos abusos y despilfarros estaban a la orden del día y que esto es pecata minuta comparado con aquello. El "tú mas" saldría a relucir una vez más. Aquí, llegados a este punto, preferimos no entrar en materia porque lo que aquí venimos a contar es uno de esos chascarrillos que circulan por la ciudad y que se extienden como la polvorín. Un chascarrillo que incorporamos a nuestra sección "Desde La Chela", el rincón desde el que la que suscribe observa el mundo.
Y así, unas veces se acerca al negocio familiar a dar alguna que otra instrucción y otras a su barrio a dejar algún que otro encargo, no sabemos ya si la compra u algún otro recado de menor importancia, en su residencia habitual. Se pasea alegremente, engordando su ego y no precisamente a base de bollos.
Los de la "herencia recibida" dirán que antes estos abusos y despilfarros estaban a la orden del día y que esto es pecata minuta comparado con aquello. El "tú mas" saldría a relucir una vez más. Aquí, llegados a este punto, preferimos no entrar en materia porque lo que aquí venimos a contar es uno de esos chascarrillos que circulan por la ciudad y que se extienden como la polvorín. Un chascarrillo que incorporamos a nuestra sección "Desde La Chela", el rincón desde el que la que suscribe observa el mundo.
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