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LOS PAYASOS DE LA TELE

Carlos E. Rodrigo.
Nacido en Segovia el 21-10-1973, residente en Toledo y licenciado en Derecho por la Universidad pontificia de Comillas (ICADE) y en Antropología Social y Cultural por la UNED. Técnico superior de Administración General; profesor tutor de Antropología y Sociología en la UNED

 Entre otros certámenes literarios: Premio de relato Jaime del Amo, Premio de relato Casa de Castilla y León en Toledo, finalista premio periodístico Ciudad de Melilla, finalista premio de relatos cortos TMB Barcelona... finalista certamen microrrelatos “Biblioteca Regional Castilla- La Mancha”, Colaboraciones en periódicos: Tribuna, Día de Toledo, Web Toledo

Publicaciones conjuntas: antología poética penumbra y amanecer; colección de relatos hiperbreves recuento; colección de relatos cortos histories del bus i el metro; colección de microrrelatos sobre abogados;

Publicaciones individuales: ensayo sobre “La Administración y otros Quijotes”… poemario: Nubes y Claros (2012)  Cómic de El Greco. Textos y guión en colaboración con Beatriz- Moreno Cervera e ilustraciones de Pedro Iznaola (2012)


  (Gabi, Fofo y Miliki in memoriam)
                                                  
                                               Por Carlos Rodrigo

Creo en los payasos de la tele,
seres todograciosos,
Creadores de la broma y la alegría,
de todo lo rijoso y lo risible.

Creo en el Señor Chinarro,
Eterna víctima de los Clowns,  
nacido del ingenio de sus gamberros padres:

Gag de luz,
Luz de gag,
Seres  chocarreros y seres verbeneros,
engendrados, no creados,
de la misma naturaleza que Hamelín y Susanita.

Acróbatas del humor;
que por nosotros los niños,
y por nuestra salvación
nos escribieron el cielo.

Que por su causa  nos tronchamos
en tiempos de Don Ramón;
Susanita y  Miguel el ratón

Que por obra de Cachivú y Cachivaca
se encarnaron en Don Pepito y en Don José,
haciéndonos felices para siempre;

Que resucitarán algún día, según las Escrituras,
y bajarán a la tierra,
para hacernos carcajear  a vivos y muertos,
y que su reino de la risa no tendrá fin.

Creo en sus canciones,
Señoras y dadoras de risa,
que proceden de su inteligencia,
de su corazón y de su genio

Creo en sus chistes,
que son muchos, grandes y libres.

Confieso que sólo creo en el buen humor
para el perdón de nuestros pecados.

Espero la resurrección de sus chistes
y la sonrisa del mundo futuro.

Amén.

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