COMEDOR SOCIAL EN ARGÉS, TODO UN EJEMPLO DE SOLIDARIDAD CON MAYÚSCULAS
Paco, en el centro, junto a Antonio y Miguel Ángel, en la puerta del comedor social que han abierto en Argés. (Foto:J.P.) |
Uno de cada diez ciudadanos residentes en España vive por debajo del umbral de la pobreza o lo que es lo mismo un 21,1% , el 12% de las familias españolas llegan a fin de mes con dificultad, el 44,4% no pueden irse de vacaciones y un 7,4% tienen retrasos en el pago de la hipoteca, el alquiler, el gas o la electricidad. Son algunos datos que daba a conocer el mes pasado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Frías cifras que, quizá, no nos dejan percibir de forma clara la otra realidad. El día a día de cada uno de esos ciudadanos, que con familia o sin ella, se han visto abocados a vivir con lo mínimo y en muchos casos, con menos.
La crisis que arrastramos ya desde hace cinco años está causando estragos, como si fuera una plaga que arrasa todo lo que encuentra a su paso. Sin embargo, hay personas, gentes colectivos que no se conforman con cruzarse de brazos y mirar de lejos esta situación. Así surgen iniciativas como la que han emprendido un grupo de amigos de la localidad de Argés (Toledo), abriendo un comedor social con unas características propias, diferente a otras experiencias similares que existen en nuestra comunidad.
Toledonews ha compartido con sus promotores parte de una jornada de reparto de comida, porque Paco y sus amigos, como así se autodenominan, han apostado por ofrecer "un plato de comida caliente al día". El Ayuntamiento, que preside el "popular" Jesús Guerrero, les ha cedido un local donde reciben los alimentos que altruistamente van donando vecinos, comerciantes, hosteleros...,, piensan un menú, lo elaboran y al día siguiente lo reparten entre los más necesitados que llegan al local entre las 12.30 y las 13.30 horas todos los martes y jueves, porque después se trasladan con sus propios vehículos hasta las localidades vecinas de Burguillos y Cobisa, donde proceden a hacer lo mismo. Y hasta el cura se ha implicado, ha comprado los primeros "tapper" para que los que allí acuden puedan llevarse el menú del día a sus domicilios.
El comedor social de Argés abría sus puertas el día 13 de noviembre y en una semana ha pasado de tener 8 a 40 beneficiarios, que eran los que contabilizaban este martes. Y un dato que debería remover las conciencias, del total, 20 son niños con edades comprendidas entre los 2 y los 6 años.
Prefieren hacer ellos mismos la comida, concretamente Paco, en lugar de repartir los alimentos sin elaborar, porque ya saben de familias que "no tienen ni para comprar la botella de butano". De esa forma, añaden, "les ahorramos también ese gasto para que el poco dinero que tienen les pueda llegar para otras necesidades". El menú de la jornada: de primero, ensalada y de segundo, patatas con conejo. También aportan el postre (yogures, fruta) y pan del día si disponen en el momento de ambas cosas.
Paco en el almacén donde guardan los alimentos. (Foto: J.P.) |
Llamamiento
Junto a Paco colaboran, altruistamente también Antonio, Rodrigo, Miguel Ángel y José María. Todos se están volcando con esta causa que ya también está teniendo respaldo desde otros puntos fuera de nuestras fronteras toledanas.Cuentan que un señor de Tarragona ha conocido su labor y se ha decidido a comprarles una olla exprés que necesitan. Y en este punto aclaran que "nos quería mandar el dinero para comprarla, pero preferimos que nos mande la olla porque no cogemos dinero". "No queremos -matizan- que haya malentendidos o suceptibilidades de ningún tipo".
Desde Toledonews también quieren realizar un llamamiento a todos aquellos que estén interesados en colaborar con este comedor social. Necesitan una cámara frigorífica, marmitas y otros utensilios de cocina, además de todas las aportaciones de alimentos que se quieran realizar.
El germen del gesto solidario
Y una gran historia nos lleva a otra, al germen de esta iniciativa que se gestó hace años ya, cuando Paco era un joven marino mercante. En ese tiempo su barco sufrió una avería en aguas de Guinea Ecuatorial, donde quedó varado en sus costas y allí, el armador, también los dejó abandonados a su suerte durante semanas. Fueron los hombres y mujeres de aquellas tierras los que ampararon a los marineros, ofreciéndoles comida y otras necesidades básicas.
Fueron momentos difíciles, muy duros, recuerda Paco explicando que fue entonces cuando se hizo una promesa: "si un día puedo tengo que devolver este gesto de solidaridad" y la forma en que lo ha hecho es promoviendo este comedor social en Argés, en un momento en el que otros muchos están pasando por las mismas estrecheces y miserias que el padeció.
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