Fallece víctima del coronavirus el arquitecto municipal de Toledo, Ignacio Álvarez Ahedo
👉La alcaldesa traslada el pésame la familia del que fuera uno de los artífices de la Declaración de Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1986
Este
viernes 24 de abril ha fallecido en Toledo víctima del coronavirus
Ignacio Álvarez Ahedo, arquitecto municipal del Ayuntamiento desde
1983 cuya labor ha sido esencial en el desarrollo urbanístico de la
ciudad en las últimas décadas. La alcaldesa, Milagros Tolón, ha
expresado su consternación y ha enviado un mensaje de pésame a la
familia del que fuera uno de los artífices de la Declaración de
Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1986.
A
través de sus redes sociales, Milagros Tolón ha enviado un mensaje
de condolencias en el que destaca la figura de Ignacio Álvarez como
“un gran profesional con una inmensa vocación de servicio público”
y “un excelente colaborador en la defensa de los intereses de la
ciudad como arquitecto municipal”. La alcaldesa afirma sentirse
“profundamente consternada” y traslada el pésame a su familia “y
a todos los que han perdido a sus seres queridos en esta pandemia”.
Ignacio
Álvarez Ahedo nació en Madrid en 1956. Arquitecto por la Escuela
Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1980, en las
especialidades de Urbanismo y Edificación, era arquitecto municipal
por oposición desde 1983 y en el momento de su fallecimiento ocupaba
el puesto de Jefe de Servicio de Planeamiento y Licencias.
La
labor municipal de Ignacio Álvarez es esencial en el desarrollo
urbanístico de la ciudad en las últimas décadas. No en vano fue un
gran estudioso de la evolución urbana de Toledo en el siglo XX, tema
al que dedicó varias publicaciones. Trabajó con las once
corporaciones municipales habidas desde la restauración de la
democracia municipal en 1979 y bajo las Alcaldías de Juan Ignacio de
Mesa, Joaquín Sánchez Garrido, José Manuel Molina, Agustín Conde,
Emiliano García-Page y Milagros Tolón.
Como
funcionario del Ayuntamiento, fue uno de los artífices de la
consecución en 1986 de la declaración por la UNESCO como Ciudad
Patrimonio, participando en la elaboración de la documentación
previa. Durante los años siguientes puso especial empeño en la
elaboración del Plan Especial del Casco Histórico, documento
elaborado por Joan Busquets que fue reconocido con el premio Gubbio
de Urbanismo en 2000.
Álvarez
Ahedo trabajó de manera incansable en los proyectos de construcción
de las diferentes infraestructuras del Plan Especial como los
remontes mecánicos, la ampliación de la Subida de la Granja, los
aparcamientos subterráneos en el Casco o la recuperación de plazas
en el barrio antiguo; así como en el desarrollo de las diferentes
ordenanzas derivadas del Plan.
Desde
su cargo, animó a la Corporación a solicitar la rehabilitación del
Rojas, en los años ochenta, dentro de un programa de recuperación
de teatros históricos de la Dirección General de Arquitectura del
MOPU, cuando era titular de la misma Manuel de las Casas, arquitecto
de Talavera y que fue el primer director de la Escuela de
Arquitectura de Toledo (UCLM).
Su
aportación fue decisiva, por otra parte, para conseguir que la
Fundación Caja Madrid realizase, en su día, el programa de
recuperación de las Murallas, Puertas y Puentes, en los que colaboró
la Escuela Taller. Gracias a esos trabajos se “redescubrió” la
Puerta del Vado, en el barrio de Antequeruela.
Como
arquitecto municipal, apostó por conjugar la rehabilitación
monumental con la incorporación de la arquitectura contemporánea,
como puede verse en el complejo universitario de San Pedro Mártir o
en el Archivo Municipal, iniciativas que apoyó junto a otros
proyectos que son referencia dentro de su ámbito profesional.
Además,
representó al Ayuntamiento en numerosas reuniones nacionales e
internacionales y en organismos como el Grupo Español de Ciudades
Patrimonio de la Humanidad o la Federación Española de Municipios y
Provincias, y colaboró de manera activa con entidades e
instituciones como el Colegio de Arquitectos, el Consorcio de la
Ciudad de Toledo y la Real Fundación.
Es
autor de varios monográficos e impartió diversos cursos y
conferencias. En los últimos años dirigió los trabajos de revisión
del Plan de Ordenación Municipal y de puesta en valor de la Vega
Baja, y, como profesional de la arquitectura, elaboró planes de
urbanismo y normas subsidiarias de numerosos pueblos de la provincia.
Su
último gran proyecto para Toledo fue la reforma de Safont, con la
recuperación de una plaza pública donde anteriormente existía un
aparcamiento de autobuses y su conexión peatonal con el remonte
mecánico del Granadal.
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