Día nacional de las personas cuidadoras. “Cuidar no es una cuestión de género”
➤Artículo de la consejera de Bienestar Social con motivo del Día Nacional de las personas cuidadoras
En
2014 la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología tomo la
iniciativa de celebrar el “Día Nacional de las Personas
Cuidadoras” todos los 5 de noviembre, con el objetivo de reconocer
y honrar la labor de todas las personas cuidadoras, profesionales o
no profesionales, al cuidado de las personas mayores o en situación
de dependencia.
A
lo largo del año se suceden múltiples días conmemorativos con
ocasión de aspectos que como sociedad merecen nuestra atención,
cuestiones sobre las que reflexionar, pues su importancia es
mayúscula. En muchos de estas conmemoraciones hay un sujeto
invisible al que no se le presta la atención debida: la persona
cuidadora.
Según
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 85% de los
cuidados, formales o no, recaen en la mujer, siendo el perfil
predominante del cuidador de las personas dependientes el de mujer,
familiar de la persona dependiente, de 52 años de edad media.
Destaca,
este organismo internacional que su Convenio 156 sobre los
trabajadores con responsabilidades familiares tan sólo haya sido
ratificado por 44 Estados, entre los que afortunadamente se encuentra
España desde 1985, y en el que se plantea la necesidad de “crear
la igualdad efectiva de oportunidades y de trato entre trabajadores y
trabajadoras”.
Si
bien es cierto que, en determinadas áreas de la vida, como en el
cuidado de las hijas e hijos se observa un cierto cambio hacia una
mayor corresponsabilidad de ambos progenitores, en el cuidado de las
personas mayores o personas en situación de dependencia son las
mujeres quienes llevan sobre sus hombros esta responsabilidad de
manera mayoritaria, aún más en los entornos rurales.
Frente
a la evidente feminización de los cuidados, se nos presenta el reto
demográfico, el incremento de la esperanza de vida y la necesidad,
cada vez más evidente, de ofrecer cuidados de calidad, a la vez que
atender las necesidades de la persona cuidadora, no sólo en relación
con los cuidados que ofrece, sino también en relación con los
cuidados que recibe, esto es, las personas cuidadoras precisan de
cuidados, de un contexto en el que desarrollar su labor que tenga en
cuenta sus necesidades.
Castilla-La
Mancha ha optado por un Sistema de Atención a la Dependencia
eminentemente profesionalizado, en el que, según datos oficiales del
IMSERSO, el 82% de las prestaciones o servicios que ofrece se
realizan desde servicios profesionalizados, entre ellas se incluyen
la Teleasistencia, la Ayuda a Domicilio, la atención residencial o
los servicios de promoción de la autonomía personal, todos ellos
servicios muy bien valorados y demandados por la ciudadanía.
Además,
el sistema se completa con las Prestaciones Económicas de Cuidados
en el Entorno Familiar y las Prestaciones Vinculadas al Servicio. En
el caso de las primeras es donde podemos apreciar a las personas
cuidadoras “no profesionales”, que, desde el 1 de abril, pueden
suscribir un convenio especial con la Seguridad Social sin tener que
pagar ellos las cotizaciones. Lo que supone que los cuidadores no
profesionales, mayoritariamente mujeres, generan derecho de acceso a
prestaciones como la de jubilación o la de incapacidad permanente.
Lo
que tenemos que tener claro es que detrás de todos estos servicios
hay personas que cuidan a personas, a las que hoy queremos rendir
homenaje, por su dedicación, por generar bienestar con sus cuidados,
pero también debemos tener en cuenta sus necesidades, para que los
“sujetos invisibles” cobren identidad, y vean reconocido su
trabajo en todas las esferas posibles.
Aurelia
Sánchez Navarro
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