Fin de la cita
Traemos aquí --tal y como nos ha sugerido el propio autor-- el último artículo que el profesor Antonio Illán ha publicado en su sección "La Rana del Tajo" , en www.noticiasdigital.es y que bajo el título "Fin de la cita", expresión que alborotaba el Senado este jueves, 1 de agosto, día en el que comparecía el presidente Mariano Rajoy, nos propone un viaje por "citas o no citas" cargadas de sarcasmo e ironía., o ¿quizá no?. Este es el relato, la radiografía, cita a cita, de un país que cabalga entre lo real y lo irreal.
"Y
en ese momento se levanta, da media vuelta y se va sin decir nada que
tuviera que ver con la verdad que esperábamos”. Fin de la cita.
“Estafa fiscal, financiación ilegal, malversación y apropiación
indebida, engaño continuado”. Fin de la cita. ¡Qué coño es esto
de la cita! Una cita es un recurso retórico que
consiste en reproducir un fragmento de discurso de otra persona
respetando su formulación original e insertando este texto en el
discurso propio. Un inepto lector la puede “cagar” y hacer cita
donde no la hay.
“Hablemos de Hipatia, filósofa, matemática
y maestra griega... defiende tu derecho a pensar”. Fin de la cita.
“España es diferente, tonta, pero diferente”. Fin de la cita.
“Solo diré que no diré nada y que en este mundo traidor nada es
verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se
mira”. Fin de la cita. “I'm not a crook". Fin de la cita.
"Muchos diputados han ido a la sesión con la maleta para
marcharse de vacaciones". Fin de la cita. ¡Hay que joderse!
(esto no es una cita). “Si no peleamos para acabar con la
corrupción y la podredumbre, acabaremos todos formando parte de
ella”. Fin de la cita. “Lo que va entre paréntesis en un
discurso significa que no se debe leer”. Fin de la cita. "Yo
quiero que la niña que nace en España tenga una familia y una
vivienda y unos padres con trabajo”. Fin de la cita. (Me estoy
empezando a poner rojo y esto no es una cita).
"¿Se han pagado
sueldos? Sí. ¿Se han pagado remuneraciones complementarias por
razón del cargo? Sí. ¿Se han pagado anticipos o suplidos a
justificar por gastos inherentes al desempeño del cargo? También,
como en todas partes". Fin de la cita, que esta cita es mucha
cita. “Tengo la impresión (aunque espero equivocarme) de que el
'Caso Bárcenas o caso PP' seguirá la misma suerte que el 'caso
Naseiro'”. Fin de la cita. Voy a mear y a por unos “cacagüeses”
(eso no es una cita). “Bale: una locura de fichaje”. Fin de la
cita. “¡Carisimos amigos! ¿sabés vos cuál es el choteo del
mundo en la tardesita del uno de agosto? pues no es otro que el
famoso hallazgo o más bien trabucazo ilocutivo del presidente de
España: Fin de la cita". Fin de la cita.
“He ido al médico y
me ha dicho que si me voy a morir pronto por lo otro que para qué va
a operarme del oído y que le ha dicho el gerente que los implantes
cocleares los decide él y no el médico”. Fin de la cita. "Lo
que se llevó Luis Bárcenas es un pico, ¿dónde está la pala?”.
Fin de la cita. “Luis. Lo entiendo. Sé fuerte". Fin de la
cita. “Él dice la verdad: "con niveles de esfuerzo mínimos
se pueden conseguir niveles de infamia máximos... Él es la prueba”.
Fin de la cita. “Y sí, parece que es así, que te has ido diciendo
no sé qué cosa, que te ibas a tirar al Sena, algo por el estilo,
una de esas frases de plena noche, mezcladas las sábanas y
boca pastosa, casi siempre en la oscuridad o con algo de mano o
de pie rozando el cuerpo del que apenas te escucha, porque hace
tanto que apenas te escucho cuando dices cosas así, eso viene del
otro lado de mis ojos cerrados, del sueño que otra vez me tira hacia
abajo”. Fin de la cita ¡de Cortázar!
Y llegados a este punto, yo,
el yo que esto escribe o transcribe, permanezco, junto con al ente
que narra las citas, encerrado en el texto de cada cita que lo es o
no es tal cita, que ya no sé ni qué es ni qué no es, como en una
pesadilla, alejándome de la realidad y de la verdad, sin
poder llegar al punto en el que surge el artificio. Patética es
la política en esta Sodoma y Gomorra de España en donde, como Lot
en la Biblia, no somos capaces de encontrar un verdadero justo con
todas las de la ley que nos salve de este sofoco infame que nos lleva
por delante. El mundo, desgraciadamente, es real; yo,
desgraciadamente, soy Antonio Illán; lo irreal nos gobierna, pero el
camino del suicidio no conviene, en fin, estamos en agosto y los
diputados han ido al Congreso con la maleta a cumplir un trámite.
¡Manda “güevos”! Fin del relato.
Antonio Illán
La Rana del Tajo
noticiasdigital.es
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