¿Y el curso que viene qué?
El historiador Josep Fontana plantea en su nuevo libro El futuro
es un país extraño que "Resulta evidente que las
conquistas sociales que se obtuvieron en dos siglos, digo, de luchas
colectivas no estaban aseguradas, como creíamos, y que
para recomenzar una nueva etapa de progreso habrá que volver a
ganarlas con métodos nuevos, porque las clases dominantes han
aprendido a neutralizar los que usábamos hasta hoy".
Sería
absurdo y demasiado simple ver lo que hoy le está pasando a la
educación como algo aislado.
El
PP ataca la educación pública porque sabe que puede ser un negocio
fabuloso para obtener grandes beneficios económicos y sabe que es
uno de los pocos lugares donde trabajan profesionales que pueden
plantar cara a su discurso, a su modelo de sociedad. Por eso
entienden que hay que actuar contra esos profesores y maestros libres
y por eso organizan campañas echando en cara que lo que quieren los
maestros es trabajar menos, que es un problema de dinero o de número
de horas en los centros públicos.
No
es nuevo. Es la misma estrategia utilizada también en sanidad o en
servicios sociales: cuando lo que está en juego es la
mejora o deterioro de nuestros servicios básicos y esenciales, optan
por minar la imagen de lo público como paso previo a imponer más
recortes que lo fragmenten y faciliten su venta en forma de saldo a
grandes empresas.
Mientras
tanto, no descuidan qué tienen delante, cuales son los obstáculos
que impiden o dificultan la aplicación práctica de su programa:
hacen todo lo posible por empujarnos a la resignación y por
alimentar las disputas y acrecentar las diferencias entre todos
aquellos que nos oponemos a un cambio de modelo que supone la
renuncia del estado como garante de los derechos y servicios básicos
de los ciudadanos.
No
podemos perdernos en las diferencias que podamos tener. Tenemos que
conseguir un mínimo de unidad, la unidad de la gente honrada, de la
que quiere evitar que hagan de sus derechos un negocio, de la que
tiene claro la educación pública es el único camino hacia la
igualdad de oportunidades.
Ahora
toca ser generosos entre nosotros para pensar en lo que tenemos en
común y para pensar que quizás lo único que les duele sea perder
el poder, ganarles con votos, con ideas, con trabajo, con
discursos y ejemplos atractivos y coherentes.
Si
nos vencen en la batalla de las ideas por el enorme control que
tienen sobre los medios de comunicación estamos perdidos y eso hay
que combatirlo, y hay que hacerlo apoyando a los medios que se salgan
del discurso tramposo e interesado (que los hay), crear nuevos
medios, “consumir” y apoyar prensa responsable y, por supuesto,
desactivar su mensaje con información, con conversación cotidiana
en el trabajo o en la calle, con explicaciones directas y claras, con
ejemplos... La implicación en este ámbito de docentes, padres,
madres y alumnos, es fundamental para desactivar el peligroso mensaje
que nos lanza el gobierno.
La
movilización sin expectativas de cambio político, de cambio
social, sin aliados y compañeros, se convierte en una
rutina de manifestaciones. Es imprescindible la creación, la puesta
en marcha de un frente común que nos permita aunar fuerzas en torno
a la inquietud que compartimos: la defensa de una educación pública
y de calidad para todos y todas. Es imprescindible que a la pregunta
de ¿y el curso que viene qué? alguien pueda responder con
autoridad, con fuerza, con respaldo y con apoyo social que hasta aquí
hemos llegado, que hay alternativa y que no permitiremos que nos
quiten lo que tantos años ha costado conseguir.
Javier Mateo (Izquierda Unida-Los Verdes Toledo)
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